Detienen a la vieja que chillaba en El Látigo

Antonia A.I. fue la gran protagonista de ayer en la sevillana calle del Infierno, por romper en una sola tarde 7 veces la barrera del sonido de los gritos que daba montada en El Látigo. La señora de 84 años de edad es una apasionada de esta atracción de toda la vida y ahorra durante todo el año para montar toda la Feria sin parar en el cacharrito en cuestión.

La interfecta, que esperaba desde primera hora de la mañana a que abrieran El Látigo «Hermanos Macareno», se montó sola en la calesita, «pasándoselo en grande, chillando como una loca, había perdido una zapatilla de tanto reboleo y todo… De allí la mujer no se bajaba ni con agua caliente» – señala Ruperto Tapia, gerente de la calesita.

Antonia A.I. empezó a gritar desde el minuto uno, nada más montarse en todos y cada uno de los 217 viajes que se supone que dio, hasta ser reducida por las fuerzas de seguridad del Consistorio. Durante más de 6 horas, la señora provocó graves lesiones en los tímpanos de todo aquel que estuviese en la Feria – aunque de todas maneras no se enterabar de nada con la tajá de rebujito -, rompiendo la barrera del sonido hasta en 7 ocasiones.

Fue la policía municipal la que tuvo que parar El Látigo en marcha, a través de la puesta en marcha de un aparatoso dispositivo, que consistía en darle al botón de parada de la atracción, rogándoselo previamente con muchos aspavientos y a través de la ventanilla al encargado del cacharrito. Una vez paralizada la atracción y desarticulado, en consecuencia, el foco del griterío, la anciana Antonia A.I. fue conducida hasta las dependencias de la chocolatería más cercana, donde se jamó cuarto y mitad de churro de papas y 4 jarras de chocolate hirviendo, ergo qué buena Feria se ha echado la interfecta.

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