martes, abril 23, 2024
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El azahar florece con olor a bajante

El cambio climático ya tiene su hediondo reflejo en el mismo corazón de Sevilla. La inusual primavera a la que en pleno otoño se enfrenta nuestra ciudad ha enloquecido al principal representante de nuestra flora urbana, el naranjo. Un fenómeno no tan extraño en los últimos lustros como es el de la floración del azahar en otoño se ha vuelto a dar en estos días. Pero es el olor que lo acompaña lo que ha desconcertado por completo a la sevillanía, dado que el azahar huele a bajante, a usillo viejo, a pedo de cochino en resaca. Los naranjos hieden. Y cómo…

Los científicos aún no han hallado explicación alguna a esta halitosis del naranjal hispalense, si bien, el pestilente suceso se ha convertido en rabioso referente de la Cumbre sobre el Cambio Climático que se celebra estos días en Brenes. El enviado especial con queso de Sevilla Today a dicho encuentro, Pier Tuffó, nos informa que en Brenes se habla de buscar una solución a la altura de nuestros líderes mundiales: La tala masiva de los naranjos hispalenses, la siembra de sal de jardines y arriates, y la amputación de la nariz para aquellos que se quejen del más mínimo pestazo.

Por lo pronto y volviendo a nuestra invicta ciudad, la situación de los naranjos se adivina pútrida, desprovistos de gorriones o de cualquier ave que se precie de conservar olfato. Las naranjas, que cohabitan con el azahar, caen al suelo de puro mareo, fatiguita… Son los platanitos y resto de árboles los que se ven obligados a sufrir la superpoblación pajarera, con la continua morterada de guano que supone para los de abajo, cosa que no ayuda a mejorar el ambiente insano de la ciudad.

Afortunadamente, el Ayuntamiento ha establecido su alerta municipal para ataques con armas bacteriológicas y ha procedido a requisar las existencias de incienso de los miles de templos sevillanos, para quemarlos en la vía pública. Se prevé que la medida ayudará a la reproducción por generación espontánea de pasos y capillitas por las calles de la ciudad, cosa que pondrá muy contento a media Sevilla, pero que volverá aún más impaciente a la otra media en sus deseos de advenimiento del apocalipsis climático definitivo.



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Un comentario en «El azahar florece con olor a bajante»

  • Es precisa ya no una cumbre sino un valle sobre el cambio climático. Y qué mejor lugar que nuestra amada Sevilla para celebrarla.

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