La jueza Alaya se toma un café e imputa al camarero

Eran las 9:30 de hoy cuando la magistrada Mercedes Alaya acudía a desayunar, como todas las mañanas, a su bar favorito del barrio de San Bernardo. Poco después el camarero resultaba imputado por malversación y blanqueo de capitales, ya que se le acusa de no declarar las propinas y de escatimarle el jamón a las tostadas de la jueza. El afectado asegura que todo ha sido fruto de la imaginación de Alaya y que él simplemente le puso su café y comentó con ella que había estado el fin de semana refrescándose en Chipiona. Según el acusado, en ese momento la jueza saltó como una fiera porque debido al trabajo acumulado ha tenido que pasar el sábado y el domingo trabajando en casa y sólo pudo meter los pies un momentito en la piscina Toy de su sobrina pequeña.

Los comerciantes de Menéndez Pelayo afirman que la magistrada les tiene fritos a denuncias. Los vendedores de bocadillos de la estación acumulan varias citaciones por meter menos aceitunas de la cuenta en la mortadela que utilizan, mientras que tres de los quiosqueros de la zona de la antigua estación de Cádiz están imputados por no vender los cromos de los Gormitis ni los de Adrenalyn, que son los que le gustan a su niño pequeño. Aseguran además que es imposible preguntarle por el caso Betis. “Yo no sé si será sevillista, pero lo parece” dice uno de los camareros de Hermanos Gómez. “En cuánto alguien de la barra dice con desprecio la palabra palangana, inmediatamente le llaman a declarar, aunque sea por no tirar de la cadena del baño público y malgastar agua”.

Por su parte la jueza, como siempre se ha negado a hacer declaraciones y se ha limitado a arrastrar su maleta y mirar altiva hacia el frente poniendo cara de mascarón de proa intentando divisar las tierras americanas.