La Junta retira 500 coches de caballos por sobrepasar la emisión de boñigas

Tras la estafa internacional de Volkswagen, Seat y Audi la Junta de Andalucía levantaba las sospechas sobre los  únicos vehículos de fabricación andaluza existentes, los coches de caballos.  Según fuentes de la presidencia, fue la misma Susana Díaz la que hace unos meses, después de darse una vuelta en privé con Pedro Sánchez por los alrededores de San Telmo, salió dando arcadas del carruaje como si estuviera intoxicada, encinta o lo que fuera.

Una vez comprobada su extrema preñez, Díaz se había quedado con un intenso tufillo de lo sucedido en aquel viaje en carro; hasta el punto de que cuando saltó la noticia de la estafa de Volkswagen hace una semana y pico, la lideresa no tuvo más que mirar hacia el mundanal suelo del casco antiguo para comprobar que ella «tenía razón porque para eso vive en lo cierto y con el apoyo de Ciudadanos mucho más: La emisión de boñigas de los coches de caballos no es normal.”

La retirada de 500 de estos singulares vehículos ha sido decisión del consejo de gobierno de la misma Junta de Andalucía, quien considera que sus conductores «no han tomado las medidas oportunas con las emisiones de metano de sus caballos y no digamos con las de boñiga. Solo hay que darse una vuelta por la avenida de La Constitución, para darse cuenta de que hay boñiga para estercolar el parque del Alamillo y parte de La Corchuela”  -apunta Catalina de la Suela, consejera de Medio Ambiente- “Y una peste…” concluye La Suela.

La notificación de retirada y revisión de los caballos no ha llegado a los cocheros hasta ayer “porque las cosas de palacio van despacio y si encima viaja en carruaje de equinos, pues mucho más.” –Asegura la consejera-.

Los rumores sobre los métodos para trucar las emisiones de boñiga son muchos y variados, y van desde el taponcito de toda la vida al esparadrapo de rigor, pasando por el bote de Ambipur colgado en la cola del jamelgo. Oler para creer.