Se presenta el cartel de la Semana Santa 2018

Ayer tenía lugar en un improvisado escenario junto a la estatua de Karol Wojtila, alias Juan Pablo II, el acto de presentación oficial del cartel de la Semana Santa 2017. Para ello se contó con la presencia de las máxima fuerzas vivas de la invicta y marina ciudad de Sevilla (el consejo de cofradías, el alcalde, el boticario, el médico, el maestro, el arzobispo, el macero municipal, el ministro del interior…) y del autor de la obra, Waldo Poppeye.

El cartel lleva por nombre, «El nazareno que  lloraba Vírgenes» y según Poppeye, el artista que lo firma, quiere simbolizar “el espíritu incandescente del capillita en resistencia” con “un parto ocular desde el mismo capirote de un penitente, donde una Virgen resurge del fuego y de las cenizas del pecado universal, como el ave fénix que viene a apropiarse de todos nosotros para llevarnos al cine de gratis”.

A todo el mundo le sonaba el cartel de algo, pero nadie sabía exactamente de qué. El caso es que rápidamente la redes sociales se encendieron para acusar a Poppeye de haber plagiado la obra de una tal María Cañas, conocida como la archivera mayor de Sevilla, que ya hizo algo muy parecido no hace demasiado tiempo. Preguntado Waldo Poppeye por lo agrio de la polémica suscitada con su obra, declaraba en exclusiva para Sevilla Today que «si el Señor lo quiere así, yo le hago caso. Él bien me susurró al oído que quería un cartelito igual al de Cañas y yo lo único que he hecho es seguir su dicatado a pies juntillas y ofrecer una versión cofrade del mismo. En esta ciudad lo que hay es mucha mente atea, santificadora de la indignación musulmana ¡que os den! – pero con mucho respeto…-«.

El arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, no tardaba en intentar poner paz y cordura en todo este desaforado debate y la homilía de esta mañana en la Catedral preguntaba retóricamente: «¿Quién no ha robado alguna vez? El que este libre de hurto que tire la primera pedrola. Parece mentira, hermanos, con las injusticias que ocurren en Cataluña y en el mundo y ustedes pendientes de los avatares del cartelito de una fiesta ¡Que el señor se apropie de todos nosotros!.»